VideoComentario
La ciencia también es un relato que nos cuenta cómo
es la realidad actualmente. Con el tiempo, ese relato cambia. En este relato
Mariana sueña cómo es Dios «realmente».
Desde pequeña Mariana intuyó
que era una niña diferente a las demás. No podía hacer lo que la madre le
pedía, ni lo que la maestra le ordenaba, ni aceptar plenamente el catecismo.
En estas lecciones se mantenía
callada. Los catequistas estaban convencidos de que ella asimilaba la Historia
Sagrada con devoción. Lo creían así porque la niña tenía la capacidad de
recordar, no solamente los contenidos de cada día de clase sino también el tono
con el que fueron enunciados.
La buena memoria le permitía
evocar todas las preguntas con sus respuestas, más sus propias preguntas y sus
propias respuestas, generalmente distintas a la doctrina católica.
En otras palabras, Mariana
conocía dos Historias Sagradas: la que intentaron inculcarle y la propia.
Tenía sueños místicos en los
que Dios le decía cómo son las cosas en realidad. En esos sueños, corría a la
casa de Abuelo, y ahí era ella quien hacía preguntas y era el propio Ser
Maravilloso quien se las respondía.
Fue entonces que se enteró,
con profunda tristeza, que Él no es la fuente universal de toda energía sino
que solo es el proveedor de la energía vital. Se enteró que Abuelo no tiene
control sobre los mares, ni sobre los vientos, ni sobre los terremotos. Estas
otras expresiones de la Naturaleza a Él también Lo someten.
Supo que no es capaz de
adivinar el pensamiento. Si se entera de algo es porque puede oír lo que
decimos todos quienes recibimos la energía vital que nos provee. Puede oír a
los humanos, a los otros animales, a las plantas, a los microorganismos. A
todos.
Cuando la niña le contó sobre
su primer orgasmo, Abuelo sonrió y le explicó que Él prefiere a las hormigas,
más que a cualquier otro consumidor de su energía vital, porque son las que con
su constante trajinar, lo mantienen en un permanente goce corporal, muy similar
a eso que sintió Mariana cuando se masturbó.
(Este es el Artículo Nº 2.238)
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