En una sudorosa grupalidad individualista, los parroquianos se limpian las uñas, sueñan con poder matar una mosca joven que nunca detiene su vuelo por mucho rato, se imaginan pidiendo hora para hacerse la tinta si tuvieran dinero para pagar la deuda atrasada que sufren con la peluquera, apuestan para sus adentros sobre cuál será la oreja que sacudirá el gato que duerme tanto como si invernara, postergan minuto a minuto el levantarse para abrir el quiosco, suponiendo con gran sentido común que «total, a esta hora ¿quién va a venir?»
La radio del boliche mixto El crujido (Carreras Nacionales esquina Emilio Zolá) gangosea un conocido tema interpretado por Alfredo Zitarrosa:
«No te olvidés del pago
Si te vas pa’ la ciudad...» (1)
Algún fenómeno paranormal (¡que nunca falta!) hizo que todos escucharan estos versos y salieran del longitudinal letargo que los acunaba.
— ¡Las letras de antes sí que tenían contenido! —dijo el quiosquero con tal de no levantarse para abrir su comercio.
— Es una indirecta del bolichero para que no nos hagamos los osos —Expresó Gladys con mordacidad, siempre en estado de alerta reforzada.
— ¿Por qué decís eso? —preguntó su hermana después de mirarla largamente, como dándose tiempo para responderse sola.
— ¿No viste que dice «No te olvidés del pago»? A José le preocupa que le paguemos la consumición —dijo Gladys y miró de reojo al bolichero esperando que se diera por aludido con algún gesto de contrariedad.
— Vos interpretás eso porque te querés hacer la tinta y no tenés con qué cancelarle a la Mirta —dijo la gurisa con voz de «No lo vayas a tomar a mal».
— ¡Estás leyendo mucho Freud mocosa! Sería mejor que miraras un poco más de televisión —retrucó Gladys haciéndose la enojada pero con mucha ternura y orgullo.
— ¡Cada día canta mejor! —acotó el quiosquero, convencido de que el cantante de la radio mal sintonizada es El Polaco Goyeneche.
— ¡No hay apuro! ¡No hay apuro! —musitó el bolichero totalmente fuera de oportunidad.
El parroquiano que apuesta contra el sistema nervioso del gato ha tenido tantos aciertos, que está a punto de padecer una descompensación hipomaníaca.
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(1) Fragmento de la canción «Pa’l que se va» compuesta por Alfredo Zitarrosa.
reflex1@adinet.com.uy
aburrimiento desentendimiento soledad acompañada costumbrista
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