EL SINDICATO DE MANOS INVISIBLES
En lo salarial, en una economía de mercado
como la nuestra, los empleadores pagan lo mínimo para contratar al mejor
colaborador. El llamado “techo de cristal” es el máximo que cada uno puede
obtener en esa “subasta”.
Nunca olvidemos, además, que “nadie regala
nada”.
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