Algunas instituciones
importantes hacen clasificaciones y les ponen su propio nombre. Yo, desde mi
humilde morada, creé lo que he dado en llamar “El índice de Mieres”, que también
podría llamarse de otra forma, parecida pero malsonante. Un país tiene el índice
de Mieres bajo cuando los inmigrantes son más numerosos que los emigrantes. Por
ejemplo, Estados Unidos tiene un Índice de M. muy bajo porque ningún
norteamericano se quiere ir y muchos ciudadanos del Mundo luchan por habitarlo.
Una utilidad práctica del
Índice de M. nos permite repudiar a los políticos que apoyan regímenes con un
Índice de M. peor que el de mi país. Los dirigentes gremiales pro-Cuba, sin ir
más lejos, son mis peores enemigos.
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