En varios artículos he argumentado en contra de la creencia de que el libre albedrío (1) existe realmente (estoy convencido de que sólo es una suposición que hemos inventado como forma de controlar nuestras actitudes antisociales).
En esta línea, la hipótesis es que somos parte de un gran sistema (la naturaleza) que tiene sus formas de autorregulación.
Nuestras decisiones no son más que reacciones naturales que responden a esta autorregulación.
Por ejemplo, si mi «reacción» es levantarme e ir a trabajar, no lo hago porque yo lo decido sino porque la naturaleza hace que mi cuerpo (físico más psiquis) actúe así.
En el mismo caso: si mi «reacción» es quedarme sentado y no ir a trabajar, aunque mi percepción mental es de que estoy tomando una libre decisión, en realidad no estoy más que observando lo que la naturaleza hace con mi cuerpo y psiquis.
Acotación al margen: considero que la psiquis es una parte del cuerpo de la cual sabemos un poco menos porque los aparatos inventados hasta ahora no han podido percibirla con alguno de los cinco sentidos.
Dentro de esta concepción de la realidad, le pregunto: ¿Observó cómo a veces estamos a favor de algo (idea, situación, decisión) mientras que una cantidad de personas están en contra?
Según mi idea sobre la autorregulación de la naturaleza (e inexistencia del libre albedrío), estas diferencias de criterio se parecen a otras oposiciones que se verifican en la naturaleza: atracción-repulsión, vida-muerte, ascenso-descenso. Parecería ser que la autorregulación depende de una constante oposición de fuerzas... de la cual formamos parte cuando no nos ponemos de acuerdo.
(1) ¿Qué libertad?, Soy libre de hacer lo que deba, Lexotán con papas fritas, Cállate que estoy hablando
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9 comentarios:
Bueno, bueno, al final desembocó en un materialismo perfecto.
Es lo que yo digo, la gente que siempre está de acuerdo con todo es artificial.
La única forma de que me levante para ir a trabajar será aumentar la desocupación en el barrio.
Nunca fui de revelarme contra la Señora Naturaleza.
Lo que observo es que cuando estoy a favor de algo, todos los demás están en contra.
Una vez tuve una pesadilla en la que vi a mi propia psiquis. Era un ovillo de nudos que se arrastraba lastimosamente por el barro.
Cuando ponemos en marcha la oposición hombre-mujer, por lo general resulta un encuentro fructífero.
Hombre y mujer no son opuestos, Danilo, son COMPLEMENTARIOS. Esto quiere decir que cuando se juntan terminan de completar la paciencia.
Su pensamiento es el de un auténtico materialista demócrata.
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