miércoles, 10 de octubre de 2012

Ventajas de la intolerancia



   
Somos intolerantes porque es sabio, inteligente, cómodo, ganancioso evitar todo intento de comprender y justificar los errores ajenos.

Hay dos formas de encarar nuestros problemas causados por otras personas:

1) Buscar todos los argumentos posibles para fundamentar por qué nos perjudica su conducta (acusar); y

2) Partir del supuesto que esa persona actúa bien, pero que nos causa problemas por motivos que tenemos dificultades para comprender.

Atrevidamente evalúo que una abrumadora mayoría actuamos según el criterio 1 (acusando).

Si la mayoría preferimos acusar es porque actuamos bien, sólo que tenemos dificultades para comprenderlos (criterio 2).

Las ganancias que obtenemos acusando son:

a) no tener que dedicar demasiado esfuerzo a informarnos y a analizar lo que hace y cómo lo hace el causante-culpable de mis problemas;

b) fácilmente llego a la conclusión de que el otro está equivocado lo cual me deja con la deliciosa sensación de estar en lo cierto;

c) otra ganancia surge de hacer lo que hace todo el mundo, lo cual equivale a sentirme normal, popular, implícitamente aprobado;

d) aunque en los hechos no pueda ejercer ninguna influencia sobre el destinatario de mis críticas (culpable de mis problemas), al menos tengo elementos para soñar con que sí podría hacerlo si considerara que el criticado se lo merece;

e) si, buscando todos los argumentos posibles para justificar por qué el otro está equivocado, logramos concluir que merece ser condenado, la sensación de poder me proveerá invalorables suministros narcisísticos de los que sería injustos privarme;

f) encontrar que alguien es responsable de mis problemas, me permite imaginar que las molestias inherentes a estar con vida (1), no me conciernen sino que son culpa de ese otro que tiene una mala conducta.

En suma: es sabio, inteligente, cómodo, ganancioso evitar todo intento de comprender y justificar los errores ajenos.



(Este es el Artículo Nº 1.713)

10 comentarios:

Rocío dijo...

Su artículo me deja más tranquila. A mí siempre me dicen que justifico todo, a lo que yo respondo que solo justifico unas cosas y otras me limito a intentar comprenderlas. No me creo virtuosa por eso, lo hago de forma natural porque me intrigan, me despiertan curiosidad las conductas humanas e intento comprenderlas.

Norton dijo...

Para creernos mejores que los otros, puede que necesitemos descalificarlos.

Ernesto dijo...

Muchos hemos soñado con pararnos frente a un alto dignatario y cantarle unas cuantas verdades. Soñar con eso, es poco productivo. Para manejar un diálogo con quienes tienen más poder, conviene juntarse.

Evangelina dijo...

Me molestan las personas que alimentan su narcisismo denostando a otros.

Lautaro dijo...

Nos pasamos todo el tiempo haciendo lo que hace todo el mundo. De eso no podemos escapar. Aunque hay momentos en los que vale la pena animarse a hacer cosas diferentes.

Rubén dijo...

En Buenos Aires decimos que lo que mata es la humedad, pero en realidad lo que mata es la incertidumbre.

Marta dijo...

Si la incertidumbre matara, yo hace rato que estaría muerta.

Luján dijo...

Preferimos ocupar nuestro tiempo en culpabilizar al otro que ocuparlo en aceptar nuestras propias culpas.

Sandra39 dijo...

Sentir que estamos en lo cierto nos da una seguridad enorme. Hasta que algo nos hace dudar, entonces antes de que la duda crezca, nos defendemos a capa y espada para no repensar nuestras convicciones.

Hugo dijo...

Acusar nos pone del otro lado del mostrador. ¨No hay mejor defensa que un buen ataque¨. Si mi lado del mostrador es el que está avalado por la mayoría, estoy hecho.