domingo, 2 de septiembre de 2012

La historia de Marysol





Marysol entró a la vida con el pie izquierdo porque no pudo llevarse bien con la mamá, quien la atendió con un amor exagerado porque no podía diferenciar a su hija de sus muñecas.

Marysol no conoció a su padre biológico pero todo su amor lo concentró en quien también la amaba entrañablemente: el hermano de la infantil mamá.

Timoteo era un fumador empedernido, apasionado tomador de mate, incansable admirador de Carlos Gardel, apóstol de la soltería, fanático de la limpieza de su habitación, pero extrañamente, no disfrutaba ni de la televisión ni de la radio ni de los deportes más populares del Río de la Plata: fútbol y básquetbol.

Timoteo amaba a su sobrina porque esa era otra de sus rarezas, no solamente era un excelente «amo de casa», experto en limpiar y cocinar, sino que también adoraba a los niños, especialmente a Marysol.

La energía sobrante de sus tareas hogareñas, la destinaba a estudiar con pasión religiosa todo lo concerniente a los movimientos sindicales de su país y destinaba un amor incondicional por los dirigentes comunistas.

Marysol entró a la vida con el pie izquierdo, no solamente porque no conoció al padre, se encontró con una madre que la trató como a una muñeca más y fue amorosamente protegida por un ideólogo marxista que siempre le dijo que Marysol es nombre de burgueses.

Marysol lo amaba, soportaba a su mamá como podía, militaba junto a su tío, y entre los dos formaban una pareja ideal, separados por visibles 32 años de edad.

Quiso la suerte de quien naciera con el pie izquierdo, que se enamorara perdidamente de un joven algo menor que ella, que le despertó en pocas horas todas las hormonas reproductivas de que disponía con sus 19 años.

El joven era una pésima persona, no solo diagnosticada por el tío sino por cualquiera que conociera tan solo un par de antecedentes del muchacho. La única que no reconocía este hecho era ella, como siempre ocurre.

La vida de Marysol comenzó a complicarse cada vez más pero ella insistía con que quería tener un hijo del impresentable personaje.

Tanto luchó para quedar embarazada, que al final lo logró.

Le pidió de mil maneras que se viniera a vivir con ella, le rogó al tío que la ayudara a mantenerlos, todo era absolutamente desagradable, increíble en una mujer tan inteligente y comprometida con el buen proceder.

Sin embargo todo se aclaró cuando el malviviente cayó enfermo y en menos de 24 horas murió de forma poco frecuente.

Efectivamente, la joven lo estuvo envenenando hasta que lo mató.

Ahora está criando a su hijo internada en una penitenciaría, feliz de haber gestado a este niño, idéntico a como lo había soñado desde pequeña.

(Este es el Artículo Nº 1.676)

17 comentarios:

Carolina dijo...

Opa!!!!! Qué cuento Doc! Me encantó.
El Mieres cada día escribe mejor.

Oliverio dijo...

Extrañísimo. La chica quería tener un hijo con un hombre al que termina matando. ¿Por qué? De pronto porque él no quiso hacerse cargo, no quiso convivir con ella y el niño. Entonces parece que pasó del amor al odio en un chistido. La verdad que los humanos somos peligrosos.

Anónimo dijo...

Ese bueno para nada se merecía ese final.

Lucía dijo...

Yo pienso que la muchacha nunca llegó a amar a ese hombre. Cuando quedó embarazada lo quiso cambiar. Lo que ella quería era tener un hijo con él, vaya uno a saber por qué motivo. Pero amarlo, no lo amaba.

Selva dijo...

Si sentís que para amar a alguien tenés que cambiarlo, entonces lo que estás amando es una idea de hombre, no a un hombre de carne y hueso.

Jacinto dijo...

Estando muy seguro de lo que uno quiere, de lo que está bien y lo que está mal, es posible que cuando el otro se aparte de lo que nosotros consideramos correcto, no lo podamos soportar.

Javier dijo...

Tener una madre que juegue a las muñecas con sus hijos no es lo peor del mundo, pero entra en la categoría de cosas complicadas.

Adolfo dijo...

La mujer eligió instintivamente al hombre correcto. Tuvo el hijo que quería. La historia terminó bien. Que luego pase 30 años en la cárcel es un daño colateral.

Rosana dijo...

El tío me resultó sospechoso desde el principio. Debe ser mi propia malicia la que estoy proyectando sobre el pobre hombre. Tal como ud. lo describe a mí me resulta simpático.

Yoel dijo...

Y qué querés Rosana! la foto que puso Fernando le juega en contra.

Alejandro dijo...

Se lo digo de manera contundente: Marysol escapó de la relación incestuosa con su tío.

Carlos dijo...

Apoyo la postura de Alejandro. Cuando la presión hormonal se volvió insoportable para Marysol, la piba buscó la forma de alejarse. Lo logró a la perfección. Terminó en la penitenciaría.

Mª Eugenia dijo...

¿Es posible que el tabú del incesto pueda llevarnos a cometer homicidio?

Sergio dijo...

Los tabúes fundantes de una sociedad te pueden llevar a cualquier cosa. Porque si el tabú cae, todo se desmorona. El tabú es como la piedra angular de un edificio.

Diana dijo...

Marysol quedó envenenada cuando comprendió que el hijo que iba a tener era sólo de ella. Imaginó que era el hijo de una pareja, la pareja formada por ella y ese muchacho impresentable del que se enamoró. Entonces fue que se sacó de a poco el dinero que acumulaba adentro y se lo fue inoculando al padre biológico del niño.
Para peor Marysol tampoco consiguió que su tío se postulara como padre adoptivo de la criatura.

Apiculto dijo...

Ese tipo era un zángano: por eso lo mató, como haría cualquier abeja.

Gabriela dijo...

Me parece que Diana tuvo una pequeña confusión, en lugar de veneno puso la palabra ¨dinero¨. Diana dijo: ¨entonces fue que se sacó de a poco el dinero que acumulaba dentro y se lo fue inoculando al padre biológico del niño¨. ¿Dinero es equivalente a veneno? Da para pensarlo.