jueves, 15 de septiembre de 2011

El placer es malo si duele

Aunque nuestra cultura se opone al hedonismo, es saludable el intento de aliviar todas las molestias propias del fenómeno vida.

Es probable que el fenómeno vida (1) funcione mediante la aparición de estímulos dolorosos y placenteros en cada ser vivo.

Ejemplos muy claros corresponden a las necesidades básicas: hambre, sed, cansancio y la placentera saciedad lograda después de comer, beber y dormir.

También es probable que exista un error en ese mecanismo.

Si pensamos que todo placer es útil para la conservación del fenómeno vida, confundiremos los alimentos con otros calmantes.

Lo digo de otra forma: todos sabemos qué nos alivian los dolores. Cuando elegimos ingerir alimentos, agua o descansar, todo está bien, pero cuando elegimos alcohol o anfetaminas para calmar el hambre y el cansancio, estamos logrando el mismo alivio placentero que comiendo o bebiendo, pero desde hace unas décadas sabemos que a mediano plazo esas elecciones acortarán nuestra existencia.

Es posible entonces que nuestro instinto falle cuando utilizamos calmantes perjudiciales. Su error está en considerar que cualquier proveedor de placer es bueno.

En suma 1: los humanos podemos creer que cualquier agente proveedor de placer es bueno y a partir de esta generalización queda debilitado nuestro criterio de selección.

Este error está asociado a sus opuestos: lo que nos produce dolor es malo y lo que no nos proporciona placer es inútil.

El vocablo hedonismo define la “Doctrina que proclama el placer como fin supremo de la vida.”

Esta doctrina cuenta con severos opositores porque entienden que el puro placer es vicioso, libertino, empobrece el espíritu, degrada los vínculos sociales.

En suma 2: la naturaleza se encarga de proveernos suficiente dolor (hambre, cansancio, heridas, ambición, frustraciones) y parece saludable buscar los respectivos alivios, es decir, buscar sólo el placer ... (sin perjudicar a otros que también lo busquen).

(1) El fenómeno vida está profusamente comentado en el blog titulado Vivir duele

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13 comentarios:

india dijo...

ES TAN AGRADABLE SENTIR PLACER, EL KE NO DESTRUYE.....ES TAN AGRADABLE SENTIR DOLOR....EL KE ME PURIFICA Y ME HACE EVOLUCIONAR...

Anónimo dijo...

Busquemos sólo el placer. Y que los demás revienten.

Sandra39 dijo...

Es saludable disfrutar de la vida lo más posible. Eso no tiene por qué ir acompañado de indiferencia hacia el dolor ajeno.

Graciana dijo...

Qué lindo nene!
Cómo se come a los pasajeros del avioncito!

Marta dijo...

Estoy de acuerdo en que confundimos los placeres útiles con aquellos que nos hacen daño.

Lola dijo...

Cualquier proveedor de placer es bueno, Doc.

Leopold dijo...

Hay dolores que duelen tan placenteramente...

Alicia dijo...

Tomando un poco enserio el comentario de Leopold, es bueno recordar que nos traicionamos a nosotros mismos, nos saboteamos, porque nuestro inconsciente actúa a nuestras espaldas. Podemos gozar con conductas autodestructivas. Aunque cabe aclarar que en psicoanálisis el goce se refiere a la satisfacción de una necesidad inconsciente y no al placer. El goce es un tipo especial de placer, uno que no se "elige" concientemente.

Elbio dijo...

El hedonismo llevado al extremo, merece las críticas que señalan sus opositores.

Rubén dijo...

Claro, no todo lo que nos produce placer es malo. Hay dolores que sentimos porque estamos sanos, porque no somos psicópatas.

Luján dijo...

Es interesante el tipo de dolor del que habla india, ese que purifica. Me gustaría que lo explicara, de ser posible, en otro comentario.

Enrique dijo...

Admitamos, Mieres, que el cigarro es un estimulante perjudicial, aunque sea proveedor de placer.

Andrade dijo...

Buscar el alivio del dolor no es lo mismo que buscar sólo el placer.