Es probable que instintivamente hagamos discriminaciones, inclusive sin pertenecer a la raza provista de los colores más valorados.
Los humanos estamos predispuestos a sentir
admiración hacia ciertas cosas porque estas simbolizan algo muy valioso, así
como estamos predispuestos a rechazar ciertas cosas porque estas simbolizan
algo poco valioso, temible o maligno.
Seguramente para muchas personas son
especialmente valorados el cielo, el sol y la luna. Son elementos que nos
fascinan casi naturalmente. Luego, cuando nos inculcan ideas religiosas, nos
encontramos con que también estas incluyen ideas valoradas de esos tres
elementos; más adelante, cuando nos enteramos de la importancia que tienen el
sol y la luna en nuestra existencia, terminamos por concluir que estamos ante
elementos con méritos suficientes para ser «sagrados».
Pero este
es tan solo un prólogo para ingresar en otro asunto: las personas que
genéticamente tienen la cara blanca, (preferentemente redondeada), el cabello
rubio y los ojos celestes, están dotadas de una combinación perfecta para que
entren a la sociedad con unas características muy valoradas.
El blanco
lunar, el amarillo solar y el celeste cielo, son perfectos para que, dándonos
cuenta o no, nos predispongan favorablemente.
Por el
contrario, la oscuridad, la noche y el color negro, quizá encuentren en los
humanos de cualquier raza una predisposición al rechazo, aunque muchos seres
humanos, (los afrodescendientes), tienen esos rasgos que los identifican.
Cuentan que
a Jesús Cristo hubo que imaginarlo, (presentarlo en forma de imagen), como
alguien de piel blanca, de cabello rubio y ojos celestes, porque si lo hubieran
imaginado como probablemente fue (de piel, cabello y ojos oscuros, por su ascendencia
árabe), habría sido mucho más difícil utilizar su imagen para predicar su
credo.
Es probable
que instintivamente hagamos discriminaciones, inclusive sin pertenecer a la
raza provista de los colores privilegiados (blanco, amarillo y azul).
(Este es el
Artículo Nº 1.680)
●●●
11 comentarios:
Yo tampoco había pensado que el blanco, amarillo y azul, son los colores de la luna, el sol y el cielo, todos ellos ubicados allá arriba, en lo alto, mucho más allá de la biósfera. En lo alto se ubica lo endiosado. Pero en lo bajo, en donde nuestros pies encuentra apoyo, está la tierra de tonos pardos, rojizos, oscuros. La tierra que nos provee alimentos. El lugar a donde va a parar nuestro cuerpo cuando muere. El ciclo continúa, la muerte nos vuelve a la tierra que da vida. La piel oscura, los ojos pardos, el cabello negro, parece provenir del barro con el cual fabricamos nuestras primeras tinajas, levantamos nuestras chozas y sembramos nuestro primeros campos de maíz y de trigo.
Es verdaderamente triste que algunos negros se sientan inferiorizados. Esto suele ocurrir cuando viven mezclados con blancos. Los negros que sólo viven con otros negros, supongo que no sienten ninguna clase de inferioridad. Son los blancos quienes se sienten superiores y como ellos se lo creen, consiguen que algunos negros también se lo crean.
Si es cierto que las civilizaciones nacieron en la Mesopotamia, ubicada entre los ríos Tigris y Éufrates, así como en África, en torno al delta del Nilo, no se entiende cómo el modelo nórdico es considerado el ideal. Personas blancas, rubias y de ojos celestes, serían el modelo de belleza para muchos. Si la causa se encuentra en el cielo, ahí lo ilógico podría tomar algo de lógica (claro que como ud dice, la lógica es como una cuchara, sólo sirve para cortar cosas blandas).
La tierra parda, rojiza y oscura, tiene los colores de la piel de los negros y de muchos grupos aborígenes americanos y africanos.
La tierra es el hogar de la muerte.
La muerte simboliza algo temible y maligno.
Como dice Gabriela, así como el cielo, el sol y la luna, tienen características que los hacen tan importantes para la vida humana, también la tierra es fundamental para la vida. La tierra es sagrada para muchas culturas. Pero la muerte pocas veces es glorificada. Tanto es así que se niega el término de la vida y se propone la existencia de otra vida después de la muerte. La idea de resurrección exige una fe (una desesperación) muy grande para ser creíble. Esto podría explicar por que para muchas culturas el blanco, el azul y el amarillo, son los colores del espíritu, los colores que asociamos a la esperanza de vida eterna.
El blanco lunar que tienes junto a tu boca, apenas se ve, porque es una luna escondida.
La oscuridad de la noche
me conduce a la oscuridad
y el perfume
de tu pelo.
Por su ascendencia árabe, Jesús resolvió hacer todo lo contrario a lo hecho por sus ancestros: harén, mujeres... NO. Prefirió a Magdalena, una mujer humilde, una prostituta.
Negro y azul
son los colores
del glorioso
Liverpool.
No hay nada igual
en la República Oriental del Uruguay
Negro y azuuuuul.
Así es. Juntemos el negro con el azul. Es una hermosa combinación.
A Artigas también lo pintaron algunos de pelo rubio y ojos celestes.
Parecía tan guapo!!!
Si discriminamos de manera instintiva, no entendamos esto como una manera de justificar la discriminación!!!!!!!!!!
Se supone que es sólo para entender lo que a algunos de nosotros le puede estar pasando. Aclaro por las dudas. Supongo que Fernando está de acuerdo... aunque suponer, tratándose de Fernando, es poco recomendable.
Publicar un comentario