Las personas tenemos más cosas en común de lo que imaginamos.
Si yo estuviera en su lugar, haría y pensaría exactamente lo mismo que usted hace y piensa.
Cuando digo «en su lugar» me refiero a todo: Fui hijo de sus padres, me tocó el mismo cuerpo, pasé por las mismas experiencias.
Lo que quiero decir es que usted y yo somos diferentes por una cantidad de detalles pero que en el fondo somos idénticos.
¿Cómo llegamos a ser lo que somos? Sobre una base uniforme determinada por las características de nuestra especie, se fueron sumando situaciones casuales que transformaron aquella esencia humana idéntica en algo que hoy nos parece (con suficiente razón) muy distinta.
Por lo tanto esto no lo está escribiendo usted por pura casualidad y yo no estoy leyendo «lo que usted publicó» en este blog, también por pura casualidad.
Si usted y yo nos aceptamos mutuamente es porque las sucesivas casualidades que nos fueron convirtiendo en este resultado final que somos ahora, permiten que nos aceptemos. Como la aceptación es placentera, podemos decir ¡qué suerte que nos aceptamos!
La trivialidad con la que puede ser comprendido un fenómeno tan agradable como es la mutua aceptación, también puede utilizarse para comprender el mutuo rechazo. Dos personas se rechazan porque, a pesar de ser idénticos, una serie de casualidades dieron por resultado dos individuos que no se agradan, pero en el fondo, son dos gotas de agua.
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17 comentarios:
Muchas veces estoy enojada conmigo misma. No soporto ni el ondulado de mi cabello. Cómo no me voy a pelear con mi marido y mis hijos.
El día que incorpore el concepto de CAUSALIDAD, voy a creerle que
podríamos ser parecidos.
La suya parece una fórmula para la paz infalible. Por qué andamos todos a los golpes y a los gritos?
¿y por qué entonces tenemos tan clara sensación de que un chino, un indígena, un islamita o lo que sea, son insoportablemente diferentes?
Esta hermosa semejanza podría haber sido filmada por Walt Disney, si no fuera por lo que le pasó, pobre hombre. jajaja
Tenemos todo en común pero nos mata un sentimiento de mutua paranoia.
A veces me pregunto por qué me tocaron estas casualidades tan fuleras.
Este intento por nadar hacia el fondo del parecido me está ahogando!
Hoy escuché por la radio que según estudios que se han hecho últimamente sobre la felicidad, se ha llegado a la convicción de que no es el dinero ni la salud lo que nos hace más felices, al parecer lo que nos aporta mayor felicidad son los vínculos humanos positivos.
Vale la pena tratar de dejar a un lado las diferencias.
Se da la casualidad que las casualidades que me juntaron con mi marido dejaron de ser relevantes y casualmente me siento atraída hacia otro hombre. Casualmente todo cambia.
Nos llevamos bien con los perros porque son de otra especie.
Cuesta aceptar que por pura casualidad nos tocan cosas tan diferentes. Es mejor creer en nuestras virtudes (cuando nos va bien)
Antes me sentía comprendida cuando alguien me decía que se ponía en mi lugar.
Si nos parece que somos todos muy distintos ¿de qué nos sirve saber que en el fondo somos iguales?
Me gusta su planteo. Es una bomba en contra del racismo.
Dos casas en el fondo son dos casas pero yo prefiero vivir frente al mar.
¿Le parece que esto me sirva como argumento en contra de mis enemigas?
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