Yo no vengo de muy arriba (económica y socialmente), pero supe estar bastante mejor que ahora. Hice el liceo, estudie computación y leí muchos libros sobre la mente de los emprendedores. Me vestía lo mejor que podía, incluyendo algunas prendas y zapatos de mis hermanos, y pedía permiso para leer en la biblioteca de un instituto de enseñanza empresarial muy encumbrado que hay en mi país (Uruguay). El encargado era (seguirá siendo, supongo) una persona de pocas palabras pero muy considerado, atento, profesional. Lo que no decía con la boca lo decía con los ojos porque cuando le llevaba algún pedazo de torta hecha por mi madre, me lo agradecía con ese lenguaje.
Algo que me llamó mucho la atención de los buscadores de oportunidades es su permanente actividad, su insaciable ambición, la abundante energía que tienen y aplican para conseguir negocios, para aumentar sus ganancias, para agrandar su capital.
Como tanto estudio sobre cómo ganar dinero haciendo negocios no me dio resultado, ahora me dedico a robar profesionalmente. Con esa actitud emprendedora que encontré en los libros, me paseo permanentemente por ciertos lugares donde la gente se cree que vive sola, donde no percibe que anda alguien como yo buscando ávidamente esa oportunidad de tener una ganancia.
Los curas siempre insistían con el «no robarás» del séptimo mandamiento. Yo sabía repetirlo correctamente pero no les creía. Desde muy chico me pareció que eran personas que hacían propaganda para proteger los bienes de los más ricos inculcándonos amenazas celestiales. Por ese trabajo de amaestrarnos en la honestidad, los acaudalados les pagaban con propinas, con el legado de bienes y otras formas de retribución.
Hace años que me dedico a robar, nunca tuve que enfrentar situaciones enojosas y sé que habemos muchos que trabajamos de la misma forma. Con un colega de apellido Gutierrez, a veces tenemos charlas filosóficas y él me decía que, así como a la mayoría de la gente entra a los comercios a comprar ya que los vendedores son incapaces de vender, el ladrón es alguien que sólo aprovecha los abandonos, descuidos, desinterés, desgano, irresponsabilidad. En suma: la estupidez de la gente.
En otra cosa que coincidimos con Gutiérrez es que no es profesional aprovecharse de alguien notoriamente vulnerable, como por ejemplo un niño, un anciano o un discapacitado. Lo importante es tomar lo que el otro abandona poco menos que a propósito, aunque después jure convencido de que lo robaron. Su discernimiento es tan pobre que no asume que es un irresponsable.
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12 comentarios:
Este relato empieza diciendo que al ladrón no le va muy bien y me reí de algo que dice un amigo muy canchero: "El robo no paga porque es un monopolio del estado". Ja-ja, está bueno!
Jamás había leido antes que un ladrón se expresara con tanto desparpajo y suelto de cuerpo sobre su actividad delictiva. También es cierto que no he leído mucho en mi vida.
Es muy cierto que la gente tiene que entrar a los comercios a comprar porque los vendedores no saben vender. En otros tiempos tuve la oportunidad de conocer a un genio en ventas. Le decíamos "El Cocodrilo". Su técnica consistía en llorar en la plaza de cuanto pueblo visitaba y así todas las mujeres se acercaban y compraban sus medias de seda. Hasta un beso que otro ligaba este hombre. Recuerdo también a su padre, otro tipazo, Felisberto Hernández.
El Movimiento Plancha le invita formalmente, por intermedio de este post, a integrarse a nuestras filas.
No firmo, entendés.
Dale amistá venite.
Me parece totalmente fuera de lugar eso de no aprovecharse de una persona notoriamente más débil. Eso es discriminación. TODOS SOMOS SERES HUMANOS. EXIGIMOS IGUALES DERECHOS A SER ROBADOS YA!!
Mi tía Olga se la pasa quejando que le robaron en el ómnibus, que le robaron en la puerta de la casa, que le robaron en la feria. Estoy muy de acuerdo con ud. y ahora veo claro lo que siempre sospeché: mi tía propicia situaciones para que le roben. No sé si se da cuenta o no. Está bien claro lo que busca, moviliza a toda la familia para que le tiren unos mangos "para llegar a fin de mes". Así cualquiera.
Marita... y si son puras mentiras lo de los robos y es tu tía la que le roba a toda la familia
NO HABLES SIN CONOCER . A MI TÍA LA CONOZCO DESDE LOS 3 MESES DE VIDA INTRAUTERINA, CUANDO SE PREPARABA PARA CONCURSAR EN EL SODRE COMO SOPRANO
Ahora entiendo, en tu familia viven al estilo "Los Soprano".
¿Tenés ascendientes italianos? Se que te cambio totalmente de tema, pero me gustaría conocerte. A propósito ¿sos ciudadana italiana? ¿tenés pasaporte? ¿me mandás una fotito?
Me hiciste recordar tiempos felices. Cuando cursaba mi tierna infancia solía concurrir regularmente a un club deportivo ubicado en pleno Pocitos. Mis compañeritas acostumbraban dejar sobre los bancos del vestuario todo tipo de cosas "olvidadas". Yo era por aquel entonces rápida y ágil. Y no es por nada también muy intuitiva. Siempre sospeché que no olvidaban realmente sus efectos personales, por algún oscuro motivo los donaban. Sus confesiones aumentan mi certeza.
Cabeza, hacele llegar a Gutierrez que en la rosca de chicharrones que le va a llevar Bibi, va el celular y la merca
Así que antes estabas mejor que ahora!!! Ni en la eficacia del crimen organizado se puede confiar.
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