ELLAS Y ELLOS
El varón no tiene que seducir a nadie; solo tiene que estar
a la orden de la convocatoria femenina que pueda recibir. También tiene que
estar dispuesto a ser abandonado en cualquier momento. La mayoría de los
varones acepta a cualquier mujer, pero también puede rechazarla. La inestabilidad
emocional de ella puede ponerlo violento porque los varones tenemos baja
tolerancia a la frustración.
El femenino es un sexo con demasiado protagonismo. Por eso
carga con demasiada responsabilidad y riesgos. Si me cree: bien, y si no me cree
cumpla 77 años como yo y hablamos de nuevo.
Cuando un niño llora porque se golpeó la
cara con la punta de una mesa, se calma rápidamente si un adulto golpea e
insulta a la mesa.
En filosofía del derecho se llama “garantismo”
a todo lo que se haga para calmar la sed de venganza de las víctimas (la palabra
tiene otras acepciones técnicas y doctrinarias).
El cristianismo tiene mucho márquetin pero
es una fábrica de neuróticos. Propone dejarse golpear en vez de reclamar “ojo
por ojo y diente por diente”; propone el celibato generando curas pedófilos;
desprecia el afán de lucro estimulando la pobreza. En general, el cristianismo
violenta las tendencias naturales aunque condena la violencia.
El Sistema Judicial intenta mediar entre
las víctimas y los victimarios, “castigando e insultando a la mesa”. El
garantismo procura el equilibrio entre dos bandos que se odian (para las víctimas
todo castigo es poco y para los victimarios una amonestación sería más que
suficiente).